sábado, 15 de septiembre de 2007

¡¡ Arrorró !!



Me han parecido tan graciosas estas fotos de Perla durmiendo enrroscadíta, que valía la pena subirlas a la página para que las vierais. ;-)))

¡¡ A mí me recuerdan al Ying y el Yang !!

Los 5 minutos de Perla


Perla vive un 50% de su tiempo, durmiendo o jugando en nuestra cama. A última hora del día, nuestra siamesa se acomoda a los pies de la cama y se queda quietecita a pesar de todos los movimientos y giros que damos por la noche. Casi siempre elige mi lado de la cama -será porque soy más pequeñita y así se asegura de que tendrá más espacio -, y cuando llega la mañana, está atenta incluso al aleteo de la más insignificante mosca.

Cerca de las 8, más o menos la hora a la que se levanta Tharem para ir al trabajo, Perla sabe que va a sonar el despertador. En realidad el despertador es el mismo móvil de Tharem, que lo tiene programado para que le suene unos minutos antes, con una música bastante más agradable que los timbrazos a los que nos tienen acostumbrados los despertadores tradicionales.

Perla se sienta en la cama y mira fijamente en nuestra dirección. Yo, aunque sigo en 7 sueños, porque no me tengo que levantar hasta media hora más tarde, voy sintiendo los movimientos que hay a mi alrededor. Nuestra querida siamesa, empieza a preguntarse si Tharem se ha quedado dormido, y no queriendo que su amo llegue tarde al trabajo, da unos cuantos pasos en dirección a la almohada, entre Tharem y yo.

Perla camina muy despacito, como lo haría una pantera que está acechando una presa, y se dirige hacia la cara de Tharem. El, se hace el dormido, aunque se ha dado perfecta cuenta de que va a sonar el despertador, y de que este es "el momento de Perla". Ella acerca muy despacito su carita bigotuda a uno de los ojos cerrados de Tharem y le da un besito muy pequeñito, casi temiendo sobresaltarlo.

Tharem se ríe, y alargando una mano por encima de las sábanas, acaricia la cabecita y el lomo de Perla. Casi todas las mañanas oigo cómo Tharem le habla, le da mimos y besitos. Cuando yo misma abro los ojos (¡qué remedio!), ¿qué os creéis que me encuentro?, ¿la cara de mi marido?. ¡Nooooo!, ¡me encuentro con Perla a dos centímetros de mi cara también!. :-))))

Perla se las ingenia para echarse con la mitad de su cuerpo superior en la almohada, entre nosotros dos. La otra mitad está desparramada en la cama, mientras mueve muy suavemente la puntita del rabo.

Casi siempre, Tharem y yo hacemos bromas sobre este curioso modo de despertarnos, ya que mis primeras palabras suelen ser: "¿Marido, estás por ahí detrás de Perla?". A lo que no tenemos más que reírnos un rato, para que Perla sepa que ya tiene la atención de los dos.

Llegados a este punto, yo ya estoy despierta y el despertador está a punto de sonar. Perla ronronea y se deja acariciar por los dos a la vez (debe de ser un momento del día muy feliz para ella, porque se la ve completamente relajada, a gusto y destilando amor por todos su poros).

Perla tiene sus 5 minutitos de gloria, y se levanta y pasea en ese escaso medio metro de almohada que tiene, yendo de uno a otro dando besos, cabezadas y cosquillas con sus bigotitos blancos. De vez en cuando vuelve a echarse, sin importarle que debajo hubiera un brazo, una mano... etc. Ella sabe que es una más de la "manada" y que se le permite incluso que nos pisotee el pelo en sus idas y venidas, porque lo máximo que le vamos a hacer es ponerle las patas en otro sitio, con todo el mimo que ella está acostumbrada a recibir.

Pero todo lo bueno tiene un final, y entonces suena el despertador (el móvil). Tharem se levanta... y ¡Perla sale rauda detrás de él!. (¡So vendidaaaaaa!).

Sí, esos 5 minutos tienen prórroga, y Perla sabe que hasta que no salgamos los dos por la puerta para ir a trabajar, no está todo perdido: sigue a Tharem en sus rutinas matinales y justo cuando viene él a despedirse de mí, Perla vuelve a echarse a mi lado para no moverse hasta que yo me levanto. (Ahora es cuando yo tendría que darle un pellizco. je,je,je).

Perla nos tiene "las costumbres" tan bien cogidas que ella misma ha desarrolado unas propias. Cuando yo salgo de casa, se queda hecha un ovillito en la cama y es así como nos la encontramos la mayoría de las veces al regreso: Amodorrada, feliz de la vida, y con energía para volver a perseguirnos por la casa, en cuanto tiene la menor oportunidad. :-)))

(¿Cómo serán nuestros despertares cuando Arwen se sume a la ecuación?) ;-)))